Importancia del pensamiento de Martín-Baró (Ensayo Parte I)

Importancia del pensamiento de Martín-Baró: Formación de Gremios, y reflexión sobre el quehacer del gremio de psicólogos.

“El saber psicológico debe ponerse al servicio de una sociedad donde el
bienestar de los menos no se asiente sobre el malestar de los más,

donde la realización de los unos no requiera la negación de

los otros, donde el interés de los pocos

no exija la deshumanización”

Ignacio Martín-Baró


El pensamiento de Martín-Baró, es parte fundamental de la psicología social, y también constituye forma parte base de la psicología latinoamericana, es fácil encontrar su nombre en varios artículos, y libros. Así como también es el referente de muchos de los psicólogos sociales de la actualidad. El pensamiento de Martín-Baró, tiene a la base la palabra clave desideologizar (Aquino, Escobar & Salas, 2000), aporte de suma importancia y que finalmente terminó por cobrarle la vida. Pero estudiar el pensamiento de Martín-Baró, también implica reconocer y dar cabida a la memoria histórica y a todo el periodo de historia difícil de El Salvador. Es decir aquella época previa al conflicto, y a la época en pleno conflicto, que es el periodo dentro del cual se desarrolla el pensamiento de Martín-Baró.

A pesar de haber transcurrido veinte años, el pensamiento de Martín-Baró, cuenta con esa cuota de vigencia que adquirió en aquellos años, y es tan aplicable en la actualidad que nada de lo escrito se pierde. Para entender el pensamiento de Martín-Baró, necesitamos de la ética y la práctica cotidiana, ya que son claves en éste pensamiento*. Los fundamentos anteriores más la desideologización forman una triada que sirve para interpretar y entender la base del pensamiento de Martín-Baró, que está dirigido hacia una Psicología de la Liberación. La responsabilidad ética del psicólogo debe ser una ética diferente a la conocida, es decir, una ética pautada para la solidaridad de los débiles, y una ética que no se limite a decir o a teorizar sobre lo “bueno”, sino que tenga como principio fundamental la pretensión práctica de “denunciar lo malo”( Aquino et al, 2000). En el marco de la práctica, lo neceasrio es replantearla, a partir de la perspectiva de las mayorías populares, y optar por acompañarles en su camino histórico hacia la liberación. (Ídem). Y finalmente y no menos importante el pensamiento de Martín-Baró se enmarca en la desideologización, termino que hace referencia a una concientización, como una forma de propiciar la desalienación de las personas y el cambio social (Freire en Martín-Baró, 1983).

A pesar de existir otros elementos que son integradores de la Psicología de la Liberación, los tres antes mencionados, son básicos en todo proceso de liberación, pues representan una oportunidad de cambio, no sólo del individuo sino también de su entorno social. Para encarar un proceso de desideologización es necesario contar con los elementos necesarios, acá podemos asumir que en todo caso la desideologización nos compete a todos, maestros, alumnos, miembros de la sociedad, etc. Pero básicamente y sobre todo a los psicólogos, porque es nuestro quehacer el que debe orientarnos hacia liberar a nuestros pueblos. Pero con la participación activa de todos los gremios.

La palabra gremio viene de latín gremium, que significa regazo, pero básicamente la palabra gremio adquiere un significado referido a la protección y cuidado de sus miembros (Arnal, s/f). Martín-Baró (1989) define a los gremios como grupos funcionales a los cuales les corresponde una tarea determinada al interior de un orden social. La identidad de los gremios proviene, por tanto, de aquello que hacen sus miembros, es decir, de su tipo de actividad. Por ejemplo los maestros se caracterizan por la enseñanza, la práctica de la medicina representa a los médicos, etc.

La actividad de los gremios es una actividad simple, no en el sentido de que sea fácil o que no requiera el dominio de un gran variedad de habilidades, sino en el sentido de que se trata de una única actividad, claramente identificable y diferente de las actividades que realizan otros gremios. Pero en este mismo punto radica una de las debilidades de los gremios, y uno de sus mayores problemas que no se logra diferenciar con claridad la especificidad de su quehacer, por ejemplo no se ve cual es la diferencia entre el psicólogo y el psiquiatra. En cuanto al poder, éste radica en la importancia de la actividad social que desarrolla, así como la calidad de su aporte al orden social establecido (Martín-Baró, 1989).

Si la función del gremio esta vinculada a la importancia de la actividad que desarrolla y a su aporte al orden social, cabe preguntarnos, ¿Para quién son funcionales los gremios, es decir, a las necesidades de o exigencias de quién responden? La funcionalidad de los gremios para la sociedad como un todos, se vincula a su profesionalidad: Cuanto más clara la identidad de un gremio, cuanto más organizado se encuentre, más exigente tenderá a volverse sobre la calidad de su servicio, y sobre las normas éticas que regulen el ejercicio de su profesión (Marín-Baró, 1989). Pero el pensamiento o la funcionalidad de un gremio, debe de ir más allá del compromiso con su praxis, y del compromiso del bienestar de sus integrantes. El gremio debe tener a la base el hecho de conducir desde sus perspectivas y enfoques al ser humano a una liberación, a través de la desideologización, además debe de haber una contribución a recuperar la memoria histórica y a promover la implementación de una justicia reparadora, es decir, de reparación de dolores y conflictos** a los que se enfrenta la sociedad como colectivo, y también en el sentido individual.

Es necesario conocer para quién trabajan los gremios, pues su poder principalmente se encuentra en su inserción en el sistema social, es decir, en cuán adaptado se encuentre a las exigencias del orden social existente, así como en su estructuración interna, es decir, al grado de eficiencia conseguido en sus procedimientos para lograr sus objetivos específicos como respuesta a la demanda social (Martín-Baró, 1989). El rol del gremio es proteger a sus integrantes y velar por sus intereses, pero también debe estar dirigido a orientar las prácticas de sus actividades a mejorar el sistema social, y a responder a la demanda social, debe tener un compromiso, y una ética que acompañe sus labores, así como también ser un canal por el cuál poder desideologizar. La labor del gremio debe de ir mas allá de proteger intereses y debe orientar su quehacer de manera tal que pueda contribuir al cambio social.

En consecuencia, la funcionalidad de un grupo, en este caso un gremio, debe llevarnos a un sentido social, es decir, al servicio de que o de quien existe y funciona este determinado gremio. El problema no solo compete a un análisis social, sino también a un análisis psicosocial. Puesto que en juego se encuentra la humanización o deshumanización de la persona (Martín-Baró, 1989). El análisis que Martín-Baró propone debe ser un análisis que abarque todas las actividades que los gremios o grupos realizan, y hacia que fines están orientadas, que es lo que se puede lograr con esa participación activa, y que beneficios conlleva no solo para el gremio, y el individuo como tal, sino también que beneficios consigue en relación a la sociedad.

En referencia a la labor social que cumplen los gremios, podemos cuestionarnos lo siguiente en relación a la Psicología: ¿Qué significa ser psicólogo? ¿Qué espera la sociedad de nuestro trabajo? ¿Cómo podemos cambiar a la sociedad o contribuir al cambio social? Antes de responder y analizar estas preguntas, Martín-Baró (1989) señaló que el gremio de psicólogos, apenas tiene más identidad como un grupo funcional que la tarea que realiza, que incluso se encuentra mal definida y precisada. Es difícil por tanto afirmar que los psicólogos salvadoreños constituyamos un grupo funcional, en el sentido estricto del termino grupo (…,) no existen más vínculos que los de la agrupación formal, a la que ni siquiera todos los psicólogos del país estamos afiliados, y que carece de influjo significativo tanto frente a otros grupos sociales como incluso antes sus propios miembros. Los psicólogos salvadoreños “somos del mismo gremio”, pero no formamos un grupo funcional gremial.

*Palabras del Lic. Oscar Vázquez, en El Foro Internacional Ignacio Martín-Baró: “Psicología de la Liberación veinte años después”. Noviembre de 2009.

**Palabras de Licda. Cecilia Santiago, en El Foro Internacional Ignacio Martín-Baró: “Psicología de la Liberación veinte años después”. Noviembre de 2009.

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